jueves, 12 de marzo de 2009

Aprovechamiento del vino...

¿A quién no le ha quedado alguna vez una botella de vino abierta sin acabar? ¿A vosotros no? Cielos, qué borrachuzos sois... Yo, los fines de semana me paso tres pueblos con la comida y la bebida, pero entre semana intento ser buena y abstemia, por el michelín más que nada.

Hace poco encontré en el blog Serious Eats una recetilla de sirope de vino especiado que, dado que tenía sobre la encimera una botella de vino desde Navidad (no es una exageración), me pareció una excelente oportunidad para abundar en mi filosofía de la crisis, que consiste en para-aprovechar-este-ajito-me-compro-un-conejito...


La cosa es que la tal botella era de un vino italiano, Teroldego Rotaliano (¡toma nombre rimbombante!), que adquirimos en nuestras vacaciones del 2008 por tierras del Trentino-Alto Adige. Con gran ilusión la abrimos en Navidades, con la sorpresa de que no nos gustó a ninguno... pfffff. Así que, prácticamente enterita, pasó a formar parte del paisaje de la cocina, porque mientras soy muy manirrota para muchas cosas, en cuestión de comida debo tener algún trauma infantil que me impide tirar las cosas aunque estén a punto de echar a andar por sí solas, en fin.

Os pongo la recetilla en cristiano:

Sirope de vino especiado de Serious Eats
  • Una botella de vino tinto (pero ¿no habíamos quedado en que se trataba de aprovechar restos???)
  • Una taza de azúcar (ya sabéis, las tazas americanas equivalen a un cuarto de litro aprox. Y en plan dietético le añadí fructosa en lugar de azúcar, casi cuarta parte de calorías, se pone aproximadamente un 60% de la cantidad de azúcar indicada).
  • Un palo de canela
  • Cinco clavos (yo, como siempre tengo que hacerme la lista, le puse cinco granos de pimienta de Jamaica, que me la compré para hacer bollos anglófilos en Navidad y no sé ya qué c... hacer con ella. Aunque es la bomba la pimienta esta, un cruce entre canela y clavo).
Pues nada, se junta todo en un cazo y se pone al fuego para reducirlo hasta la consistencia de sirope. La receta aconseja reducirlo hasta un tercio del volumen original. Para seguir haciéndome la lista, yo lo reduje a un cuarto o así, porque no me parecía suficientemente espeso. Una vez alcanzada la consistencia deseada, se pasa por un colador para quitar las especias. Se pone en un bote de cristal y se guarda en el frigo, por si acaso. La verdad es que queda precioso, no se aprecia bien en la foto el color tan bonito que tiene al trasluz. Aunque lo cierto es que aún no lo he utilizado en nada, pero algo inventaré. Con helado tiene que estar riquísimo, pero me pregunto de qué sabor, admito sugerencias.

En definitiva, un aprovechamiento del copón, entre el agua que desperdicias por evaporación, las especias y lo que te cuesta la energía que gastas en el hervido, te debe salir el sirope por un pico, pero no lo pienso calcular. Cuando le cuento estas cosas a mi socio se monda de mí, aunque a mí no me come la moral así como así.


6 comentarios:

  1. ¡Primer en comentar!
    Borrachuzo, efectivamente, es que no quede nunca nada de vino.
    Nunca, nada.
    Despilfarradora.
    Estropear el vino de esa forma.
    Amoshombre.

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  2. No bebes vino por el michelín, pero te metes cuarto kilo de azúcar entre pecho y espalda...¡¡¡¡más que michelín, el neumático entero!!!

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  3. jajaja, lo que me he reído, creo que ya tienes una nueva adicta a tu blog, ahora me tendré de ocupar de guardar culetes de botellas de vino...cosa difícil en casa si señor.

    Un abrazo y felicidades.

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  4. Gracias, Mónica, por el abrazo, achuchón pá ti. A los otros dos impresentables ya les contesto en persona y eso...

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  5. Me ha sorprendido tu comentario en mi blog Miriam. 'Vaya! El título de una película nos lleva a conocernos. Me alegra que te haya gustado esa película, a mi me encantó aunque, como digo en el comentario, sé que no es película para todos, pero a mi me gustan esas películas en las que hay algo especial que llega a mi corazón y ésta lo tiene.
    He leído con atención el aprovechamiento del vino, a mí también me sucede ese contratiempo pero yo, después de guardarlo un tiempo, acabo tirándolo. Creo que probaré tu receta. Por cierto ¿no crees que le vendria bien el helado de nata?
    Me alegro mucho de conocerte, me pasaré por tu blog. Un abrazo. MAGDA.

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  6. Yo creo que le iría bien con un helado de judías rojas, y también con uno de té verde, tanto por el color como por el sabor.
    Un saludo!

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