En estos tiempos de crisis hay que saber sacar provecho de todo y ya que te has gastado la pasta en leche fresca (que no solemos catar por aquí), en 1 kg de cloruro cálcico (no tienen envases más pequeños en la droguería Riesgo, leche), y en 1 kg de leche en polvo que no sé para qué volveré a utilizar, pues puedes tener el detalle de reconvertir el puñetero 1/2 kg de queso en algo que puedas tragar sin que te den arcadas ¿no?
Para eso está Internet, para arrojar luz sobre mi vida gris, así que busca buscando encontré una interesante recetilla de helado de queso y a ello me puse. ¡Y además hacía uso de mi bienamada Cuchiflix!
Como podéis ver, los ingredientes del helado son estos:
- 300 g de leche
- 3 yemas de huevo
- 50 gramos de azúcar glass (nada de azúcar glas, pá qué hay que ser tan finos, azúcar del de toda la vida).
- Unas gotas de esencia de vainilla (nada de esencias ni aromas, puñeta, polvillos de vainilla del botecito de Vahiné).
- 200 gramos de queso tipo Quark (nada de tipo quark, tipo queso casero intragable).
- 30 gramos de azúcar invertido (nada de 30 g, 50 g con un par, que el azúcar invertido hace el helado más cremoso).
Os digo desde ya que no hay foto del helado porque apenas pasó tiempo en casa, el pobre. Fue devorado por mi socio y yo bisba con lasquitas de almendra y bien regado de jarabe de arce. Para hacerlo estrené mi minúscula heladera Elta, que sólo hace un cuarto de litro cada vez, pero que funcionó como una jabata.
El problema de los helados caseros es que es difícil (aunque no imposible) que salgan tan cremosos como los comerciales. Según el gran David Lebovitz, hay varios factores que ayudan a mantener pequeños los cristalitos de agua y a suavizar los helados:
- Alcohol: mmm, qué gran idea añadir unas cucharaditas de alcohol. Este tío es un genio.
- Azúcares: el azúcar en general suaviza el helado y se recomienda sobre todo el uso de endulzantes líquidos, como la miel, o de azúcar invertido, mirad este post.
- Gelatina: una cucharadita de polvo por litro de helado.
- Grasa: nata, nata, nata.
Resultado: espectacular, un helado cremosísimo según sale de la heladera, en el que se percibe la untuosidad de la crema inglesa, no se nota ni pizca el alcohol, sabe al asqueroso queso, pero con su mal regusto evaporado gracias a los demás sabores. Y todo con ingredientes sanísimos y nada de conservantes, colorantes ni guarradas. Que por cierto, queda de un apetitoso color vainilla subido, supongo que por obra y gracia de las yemas. Qué gran invento es el huevo... ¡viva el huevo!
Jajaja,
ResponderEliminarenorabuena por tu blog, a ver si aguantas más que yo que espero ponerlo al día antes de irme a Italia de nuevo, que va a pasar.
En fin, para darle un toque chocolatero al asunto os diré que acabo de descubrir una tienda de chocolate en Santiago que os va a encantar, se llama Xocoátel y resulta que la tipiña se dedica a encargar las más variadas delicias de los mejores diseñadores de chocolate mundiales. Tiene cosas normales, como chocolate con naranja, pero yo personalmente soy fan de cosas más rebuscadas como las pipas con chocolate recubiertas de sal o las almendras recubiertas de mostaza y recubiertas de chocolate, ambas creaciones del señor Enric Rovira. En fin, que en algún sitio tenía yo que hacer propaganda. Descubrí la tienda el lunes pasado, y desde entonces he ido todos los días (si, también abre los domingos) y tiene chocolate para beber y para llevar, mi favorito el de 70 % con guindilla.
En fin, que sigas con tus experimentos.
Besiños
Caramba Miriam, ¡¡¡qué caracter se desprende de tu post!!! Me ha encantado el humor que le pones :D. Yo no tengo heladera pero si ganas de aprender a hacer helados... un día de estos me pongo.
ResponderEliminarFelicidades por el blog!!! Gracias por el link. Pondré el tuyo en mi blog también :D
Gracias, Nurieta!
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