Continúo con mi vena panadera, experimentando. Ahora con una masa madre sólo de centeno semiintegral, que procedía de una masita que me trajo mi amiga Lourdes, que vive en Holanda (¡bichitos holandeses!), y añadiendo únicamente harina de fuerza de trigo blanco, todo del Rincón del Segura. Y para aprovechar restos, con sidra natural que tenía en el frigo desde el año de Maricastaña en lugar de agua.
Pan de sidra con masa madre de centeno
- 270 g de masa madre de centeno semiintegral
- 470 g de harina de fuerza normal
- 260 g de sidra natural
- 2 cucharaditas de sal
El método, idéntico al del post anterior, así que no lo repetiré. La única diferencia fue que hice el experimento de hornear una de las barras dentro de mi cocotte y otra fuera, sobre las baldosas de gres que tengo en el horno. Y efectivamente, como se aprecia en la foto, dos barras que habían seguido el mismo proceso, de tamaño casi idéntico, quedaron apreciablemente distintas. La horneada en la cocotte es la de la derecha; aparte de crecer de forma más simétrica, la corteza tenía un color más uniforme y bonito, con un tostado anaranjado en lugar de chocolatoso. A las bestezuelas holandesas les gustó la cocotte... Ambas barras tienen un rico aroma a sidra que sin embargo no es muy apreciable en el sabor. Un pan riquísimo, con una corteza muy crujientita, los cortes estupendamente abiertos con sus hilillos de gluten y tó. Pienso que podía haber crecido más, aunque bien es verdad que la masa inicial era bastante recia, nada fluida. Sin duda repetiré la cocción en la cocotte, lástima que en mi horno no quepan a la vez las dos que tengo.
¡Tremendo carrerón llevas! a mí también me gusta más el aspecto del de la derecha. Sidra natural ... ¡qué lujo!
ResponderEliminarPues mira tú, no se me había ocurrido con sidra y mira que hago experimentos! Con vino tinto es una delicia, osea con sidra ya me imagino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Doña Guru: pero en cualquier momento hago un parón, soy el caos personificado.
ResponderEliminarDoña Mònica: pues lo de la sidra es una idea del libro del famoso Dan Lepard. Hasta hace pan con jugo de pepinillos en vinagre (puaj!). Y con vino tengo una receta pendiente de hacer, qué ganas!
Tu amiga de "los bichitos holandeses" ha utilizado un par de veces tus "bichitos españoles" que resucité después de tenerlos meses en la nevera. Me ha hecho ilusión. Los sigo alimentando, aunque me parece que van cambiando de olor... Cómo funciona esto? Añado harina (de fuerza? patentbloem) blanca cada día...
ResponderEliminarQué bonito lo de intercambiarse bichitos :-)
Precioso, hacia el hermanamiento de las naciones a través de los bichos... En cuanto a la evolución de las levaduras, es que yo no las mantengo activas todo el rato, las tengo en el frigo aletargadas y cuando quiero hacer un pan saco una cucharadita un día o dos antes y entonces sí añado harina y agua... nunca he observado mucho cambio.
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