miércoles, 27 de mayo de 2009

Tartaletas finlandesas de cerezas


Más de lo mismo: tenía yo en el frigo unas cerezas ablandándose y arrugándose... con lo monas que eran cuando entraron en mi vida... todo pasa, ay. Así que me propuse aprovecharlas para un postre asquerosamente sano y fácil, sin pizca de azúcar (ay, yuyu). Pensé hacer con ellas unas tartaletitas con un mínimo de masa y un mucho de fruta, del estilo de ésta, pero en pequeño y con la receta de la masa sacada de un libro de cocina finlandesa que me trajo D. hace unos cuantos años de un viaje de trabajo a Finlandia. Es lo que más me gusta que me traigan de regalo: un libro de recetas autóctonas.


Además, era una excusa inmejorable para desempolvar ese artefacto imprescindible que toda familia decente debe tener en su casa: un deshuesador de cerezas. Porque... quién no ha necesitado un deshuesador de cerezas alguna vez. No recuerdo cómo era mi vida antes de tenerlo, tanto la ha cambiado desde ese verano en que lo encontramos en un viaje a Alemania... Qué listos son los alemanes... para vendernos cualquier cachivache culinario, son la bomba. En el mismo viaje compré un precioso rodillito con púas para hacer esas coberturas de hojaldre que se abren como un enrejado (suspiros). Aún no lo he estrenado y creo que debe hacer 9 años del viaje, pero no importa, no pierdo la esperanza, hombreyá.

Como los señores finlandeses no deben criar muchas cerezas en su país, estas tartaletas las hacen con ricas frutillas del bosque, que de eso sí tienen mucho. Tienen que estar muy buenas con arándanos y esas cositas.


Veréis que se trata de un mecanismo muy simple: un embolito que tiene un pincho en cruz en el extremo, que empuja la cereza contra el agujerito del fondo y le saca el hueso. Los huesos caen al recipiente y la cereza deshuesada sale por la derecha... bueno, casi siempre sale por ahí... está bien... a veces sale por ahí. Me encanta el juguillo que se desparrama, al final de la tarea la encimera parece el escenario de una matanza. Y no sabéis lo que desahoga.

Tartaletas de cerezas

Masa (del libro Food from Finland, Anna-Maija y Juha Tanttu)
  • 1 dl de agua
  • 2 dl de harina de centeno (yo la puse semiintegral del Rincón del Segura)
  • 1/2 dl de harina de repostería (como siempre, yo de espelta del Rincón del Segura, que parece que me dan comisión)
  • 1 cucharadita de sal
Relleno
  • Dos puñados de cerezas deshuesadas por tartaleta
  • Alguna materia para endulzar, la cantidad al gusto de cada cual, yo usé stevia
Pues se mezcla todo sin ningún miramiento en el artefacto que más os guste o incluso a mano, hasta que no se pegue mucho a las manos. Se aplana con un rodillo sobre una encimera bien enharinada y se echa también algo de harina por encima para que no se pegue mucho. Según la receta de los finlandeses, de esta masa se pueden sacar entre 12 y 14 tartaletitas. Deben ser tamaño gnomo, que por allí hay muchos. Según el libro tradicionalmente las dejan ultrafinas, cuentan que deben ser tan finas que "se vean siete iglesias a su través". Qué raros son estos finlandeses. Como yo no soy finlandesa de esta masa saqué nada más cuatro tartaletas redondas de unos 13-14 cm con los bordes ya replegados. Los finlandeses recomiendan la consabida técnica de hacer una barra con la masa y dividirla en porciones de las que se hacen bolas que luego se estiran y tal y tal.


Y bueno, una vez bien estiraditas las bases, bastante finitas, pero sin pasarse, se ponen las cerezas encima y se repliegan los bordes hasta donde uno considere necesario, a su libre albedrío (que sí, que vosotros también tenéis de eso). Espolvoreáis por encima el azúcar o endulzante que hayáis elegido, a vuestro gusto. Sí, ya sé que hay gente que no sabe qué hacer con tanta libertad... que necesitan que les marquen lo que deben hacer hasta la última coma... ays. Pero todo es ponerse.

Y al horno precalentado a 200 ºC una media hora. Vigilad por si se tuestan demasiado los bordes.

Hubiesen estado muy ricas con algo de nata por encima, sois muy libres de añadirla, yo no lo hice. Sólo las espolvoreé con un poco de fructosa glas. El hecho de que la masa sea salada les da un puntillo muy interesante que me gustó. Cuidado con los juguillos que sueltan las frutas dentro de la base, te pones perdido si te las comes a mano. Creo que en tamaño de bocado serían más cómodas de comer. La próxima vez las haré chiquitajas. Esta es una estupenda forma de aprovechar fruta que esté blanda, me apetece volver a hacerlas con melocotón o albaricoques este verano.

4 comentarios:

  1. Buscando una receta de cerezas he llegado a esta tuya con la que me he reído un montón. Mi cocina tambien está llena de cachivaches que no he utilizado nunca, pero al verlos no podía pasar sin comprarlos, je,je. Las tartaletas me encantan! además tengo unos moldes de mi amiga invisible que tengo que utilizar, así que me viene de perlas tu receta.
    un biquiño y felíz año

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  2. Un besote, Pilar. Pero de ande sacas las cerezas en esta época???

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  3. Que buena receta, no sé por qué no la vi.
    Servirá ponerle otra fruta como la frambuesa?, tengo miles!
    Gracias.

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  4. El 27 de Mayo volé de Chile a Suiza, con razón!

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