Me gusta huir al norte en verano. La canícula en el altiplano... ya sabéis cómo es: calor, calor, calor. El fresco de las noches norteñas tiene un atractivo irresistible para mí. Así que este año hemos pasado estupendos días y frescas noches en los Picos de Europa y en Coruña.
Hemos conocido bosques con castaños centenarios...
(Cuidado, hobbits, salid del camino, un nâzgul se acerca...)
También la cara más pavorosa de la naturaleza...
Mercados repletos de suculentos productos...
Hemos cruzado vertiginosas gargantas en la montaña...
Visitado tiendas que son una obra de arte en sí mismas...
Recalado en el escenario de algunas de las mejores puestas de sol del planeta...
Y como no, disfrutado de alguna exaltación de productos de la tierra en Galicia...
Lo de las exaltaciones de productos de la tierra en Galicia casi merece un capítulo aparte. Estas fiestas gastronómicas, excusa para ponerse como un auténtico gocho a comer y beber, están generalizadas en toda Galicia y se celebran de forma prácticamente continua a lo largo de todo el año; aquí podéis encontrar un calendario. Las hay para todos los gustos: del bonito (de la que ya os hablé), del queso de tetilla, del grelo, de la filloa, de la xouba, del pulpo, del pan de Cea, del vino albariño...
El caso es que hay tantos y tan excelentes productos en Galicia que es difícil pasar allí unos días y no toparse con una de estas fiestas. Nosotros este año nos topamos con la Exaltación del mexillón Boiro 2009. La fiesta consistía en una carpa poblada de mesas corridas (como en cualquier romería gallega), con entrada restringida y rodeada de mostradores donde servían las bebidas y un plato-kit-apáñese-ud.-mismo de mejillones cocinados de dos maneras distintas, como se ve en la foto. También facilitaban a petición del comensal un pequeño recetario sobre el producto exaltado en cuestión (por supuesto que lo solicité). El plato lleva la leyenda: VIII Exaltación do mexillón, 2009 Boiro, Cabo de Cruz... en las celebraciones lo sacaré a la mesa cuando decaiga la conversación. También tengo un plato de cerámica de Buño de una exaltación de la xouba del año de Maricastaña y unas copas de vino de una exaltación del Albariño. Poco a poco, a base de exaltar sin medida, te vas haciendo el ajuar como quien no quiere la cosa. A pesar de que visitamos Galicia casi cada año, últimamente exalto poco, la culpa es de mis hijos, que son poco exaltadores... una verdadera pena. Donde esté una buena exaltación, que se quite tó.
Las vacaciones se acabaron, pero no importa... estoy salivando ya de pensar en las posibilidades culinarias de mi estación favorita: el otoño. Nos vemos.
Es maravilloso, me quedo con el mercado y con la tiendecita.
ResponderEliminarTe envío envidias sanas desde aquí, bien pegadiota a la vera del ventilador...
B*
No hay nada como el norte. Que me perdonen. (Y si no, peor para ellos. No pienso cambiar de opinión).
ResponderEliminarPreciosa la foto de la montaña y el árbol embrujado.
Miriam, verdaderamente hermosas las fotos, la naturaleza es bellísima.
ResponderEliminarGracias por los datos, ya sé donde ir cuando decida arrancarme a esa zona de España.
Besos!
Sra. Epa: yo también estoy con el ventilador otra vez... ya somos dos :-)
ResponderEliminarSra. Guru: ays, no me obligues a elegir, que todos los puntos cardinales tienen lo suyo...
Sra. Kako: gracias! Pues sí, te aseguro que el norte de España no tiene desperdicio.
El calor a nosotros nos destroza (aún no hemos hecho vacaciones)!!! nos encanta tu crónica norteña. Como siempre visitar tu casa es un placer grande!!
ResponderEliminarMiriam! me encantan las fotos, y que panes, y que mejillones y ya me imagino el fresquito de las noches, me encantaría perderme entre esos castaños centanarios...habrá que esperar :-).
ResponderEliminarSres. Cuiners: gracias, como siempre! Espero que disfrutéis pronto de vuestras vacaciones.
ResponderEliminarSra. Mònica: Sí, qué bien se estaba en el norte, snif... con la caló que hase aquí aún... buaaaa!